Mujer madura en ciudad de provincias

Lle­ga el deseo como arras­tra basu­ra una marea sucia. Tañen las cam­pa­nas en la peque­ña capi­tal de pro­vin­cias don­de reca­lo hoy. La lógi­ca de los cuar­tos de hotel: recor­dar en qué plan­ta, qué pasi­llo y en qué lado, dón­de es el desa­yuno y a qué hora. Esa litur­gia de lo pro­vi­sio­nal: La vida dura vein­ti­cua­tro horas y hay que dejar­la antes de…