El sueño milenario de la Revolución

Soñá­ba­mos algu­nos cuan­do niños, caí­dos En una vas­ta hora de ocio soli­ta­rio Bajo la lám­pa­ra, ante las estam­pas de un libro, Con la revo­lu­ción. Y vimos su ala fúl­gi­da Ple­gar como una mies los cuer­pos pode­ro­sos. Jóve­nes lue­go, el sue­ño que­dó lejos De un mun­do don­de des­or­den e injus­ti­cia, Hin­chan­do oscu­ra­men­te las ávi­das ciu­da­des, Se alza­ban hasta…