Manuel María Puga y Parga

Manuel María Puga y Par­ga (San­tia­go, 1874; La Coru­ña, 1918) cur­só estu­dios de dere­cho, ejer­ció duran­te algún tiem­po la pro­fe­sión de abo­ga­do y fue juez muni­ci­pal de Artei­xo has­ta su nom­bra­mien­to (1915) como alcal­de La Coru­ña por el par­ti­do monár­qui­co. Al mar­gen de su acti­vi­dad en el ámbi­to de la polí­ti­ca, adqui­rió gran popu­la­ri­dad por su labor como divul­ga­dor de rece­ta­rios culi­na­rios, repe­ti­da­men­te reedi­ta­dos y muy elo­gia­dos por los crí­ti­cos gas­tro­nó­mi­cos. Pica­di­llo ‑que lle­gó a alcan­zar los 220 kilos de peso- se carac­te­ri­zó por su gran sen­ti­do del humor y, par­ti­cu­lar­men­te, por su mane­ra de pre­sen­tar los rece­ta­rios de coci­na, siem­pre ade­re­za­dos ‑nun­ca mejor dicho- con gran ame­ni­dad y gra­ce­jo, lo que le aca­rreó la admi­ra­ción y el favor de las amas de casa. Entre sus obras des­ta­can las titu­la­das La coci­na prác­ti­ca, con pró­lo­go de Emi­lia Par­do Bazán (1905),  El ran­cho de la tro­pa (1909); Vigi­lia reser­va­da: minu­tas y rece­tas (1913) y la tan curio­sa 36 mane­ras de gui­sar el baca­lao (1901).