Bienes, valores y personas. La educación patrimonial centrada en los vínculos

A lo lar­go de los últi­mos vein­te años, la pro­fe­so­ra de la Uni­ver­si­dad de Valla­do­lid Olaia Fon­tal Meri­llas ha publi­ca­do en Trea ocho mono­gra­fías en torno a la edu­ca­ción patri­mo­nial, y así sin­te­ti­za el plan­tea­mien­to desa­rro­lla­do en la recien­te­men­te publi­ca­da, La edu­ca­ción patri­mo­nial cen­tra­da en los víncu­los: «Des­de que en 2003 publi­cá­se­mos el pri­mer mono­grá­fi­co sobre edu­ca­ción patri­mo­nial en esta mis­ma edi­to­rial, hemos arti­cu­la­do un mode­lo de edu­ca­ción patri­mo­nial cen­tra­do en la noción de víncu­lo que, a su vez, sitúa como ele­men­to esen­cial del con­cep­to de patri­mo­nio la dimen­sión huma­na, a las per­so­nas, en defi­ni­ti­va. Des­de este enfo­que hemos ido superan­do la noción de patri­mo­nio como bien cul­tu­ral, para apro­xi­mar­nos a una con­cep­ción rela­cio­nal, mucho más com­ple­ja —pero, al tiem­po, rea­lis­ta—, que entien­de el patri­mo­nio como la rela­ción entre los bie­nes cul­tu­ra­les y las per­so­nas o comu­ni­da­des; pre­ci­sa­men­te, cuan­do estas atri­bu­yen valor a esos bie­nes cul­tu­ra­les, hacen que el patri­mo­nio tome su sen­ti­do com­ple­to, ver­da­de­ro. Esa pro­yec­ción de valo­res gene­ra un víncu­lo iden­ti­ta­rio que nos per­mi­te hablar de patri­mo­nio de fac­to. La edu­ca­ción patri­mo­nial enten­di­da des­de el enfo­que cen­tra­do en los víncu­los per­mi­te que tran­si­te­mos des­de patri­mo­nios poten­cia­les (cuan­do aún no tene­mos nin­gún tipo de rela­ción esta­ble­ci­da con ellos) a patri­mo­nios efectivos.

Este libro ahon­da en el enfo­que de los víncu­los y, para ello, pro­fun­di­za en el con­cep­to de patri­mo­nio, bus­can­do el ele­men­to esen­cial o dife­ren­cial tan­to del sus­tan­ti­vo (patri­mo­nio) como del adje­ti­vo (patri­mo­nial) para, des­de ahí, des­ple­gar el con­cep­to de patri­mo­nia­li­dad. Se pro­po­ne un reco­rri­do por el cam­bio habi­do en las dos últi­mas déca­das hacia el foco de aten­ción —tan­to en la nor­ma­ti­va inter­na­cio­nal y euro­pea, como en la pro­pia epis­te­mo­lo­gía deri­va­da o para­le­la—, don­de el con­cep­to de patri­mo­nio ha tran­si­ta­do des­de el inte­rés por el obje­to has­ta situar al suje­to como eje, para cen­trar­se en el víncu­lo, nodo del enfo­que que defendemos».

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