«Casi todo sucede a destiempo». Los aforismos de Lucho Aguilar

Lucho Agui­lar (Valen­cia, 1958) es con­tra­ba­jis­ta de jazz, licen­cia­do en His­to­ria y Cien­cias de la Músi­ca y cul­ti­va el hai­ku y el afo­ris­mo, géne­ro este del que publi­có una bre­ve colec­ción en la revis­ta El Afo­ris­ta. Asi­mis­mo, par­ti­ci­pó con algu­nas defi­ni­cio­nes en el Dic­cio­na­rio lacó­ni­co, de Miguel Cata­lán (2019). Entre otras publi­ca­cio­nes, en el cua­der­ni­llo nº 4 de la serie La Repú­bli­ca de los Afo­ris­mos(Gijón, 2021), en edi­ción limi­ta­da y con carác­ter no venal, publi­có una colec­ción de vein­ti­cin­co afo­ris­mos, ilus­tra­da por Fer­nan­do Menéndez.

Pró­xi­ma­men­te, Trea publi­ca­rá su colec­ción de afo­ris­mos Lo que escon­de el man­glar, que en pala­bras del pro­fe­sor José Ramón Gon­zá­lez, «acre­cien­ta nues­tro mun­do al ofre­cer una mira­da, una visión/versión, dife­ren­te y nue­va. Sea cual sea el asun­to que abor­de en sus tex­tos —el amor, la vani­dad, la auto­con­cien­cia, la muer­te, la pasión, la polí­ti­ca, la escri­tu­ra, la amis­tad…— lo hace des­de una pers­pec­ti­va que nos des­cen­tra y nos des­co­lo­ca, de mane­ra que des­de el nue­vo lugar en el que nos sitúa la reali­dad comien­za a ser “otra” y a reve­lar un nue­vo ros­tro. Esta tarea a la que se abo­ca como escri­tor no es fácil ni es nue­va —a lograr­lo aspi­ran todos los afo­ris­tas—, pero en Lo que ocul­ta el man­glarLucho Agui­lar con­si­gue trans­mi­tir una mira­da fres­ca y a la vez pro­fun­da. Y lo hace dosi­fi­can­do con habi­li­dad y cono­ci­mien­to la sor­pre­sa y la rever­be­ra­ción, lo inme­dia­to y lo suce­si­vo, lo visi­ble y lo ocul­to, lo super­fi­cial y lo pro­fun­do, que se fun­den sin ten­sión en unos tex­tos per­fec­ta­men­te medi­dos y pre­ci­sos como una maqui­na­ria perfecta».

Ten­go tan­tos pája­ros en la cabe­za que ya no les que­da espa­cio para volar.

¿Qué pre­cio tie­ne un valor?

Los sui­ci­das se qui­tan la muer­te de encima.

En el amor y en el dolor el cobar­de se da sis­te­má­ti­ca­men­te a la fuga.

Cuan­do copu­lar se redu­ce a un tras­va­se de neurosis.

La igno­ran­cia une; el cono­ci­mien­to divide.

Casi todo suce­de a destiempo.

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