Cómo imaginar una hipotética antihistoria del cine

En cola­bo­ra­ción con la Sema­na del Audio­vi­sual Con­tem­po­rá­neo de Ovie­do (SACO) / Fun­da­ción Muni­ci­pal de Cul­tu­ra de Ovie­do Trea vie­ne publi­can­do en la colec­ción Artes obras ema­na­das de tal acti­vi­dad: La para­noia con­tem­po­rá­nea. El cine en la socie­dad del con­trol (2019), coor­di­na­do por José Fran­cis­co Mon­te­ro, y La memo­ria en imá­ge­nes. El tiem­po y el recuer­do en el cine y más allá (2021), coor­di­na­do por Car­los Losi­lla, quien tam­bién coor­di­na el nue­vo volu­men que apa­re­ce­rá en febre­ro de 2023: El folio en blan­co o cómo ima­gi­nar una hipo­té­ti­ca anti­his­to­ria del cine. Hans Feuer­mann, Pablo Gar­cía Can­ga, Car­la Maglio, Anna­li­sa Miri­zio, Jai­me Pena, Jor­di Cos­ta, Ricar­do Ménen­dez Sal­món, Car­lo Padial, Dídac Alca­raz, Rober­to Cue­to, Vio­le­ta Kovac­sics, Quim Casas, Dana Naj­lis y Terry McKay son los auto­res de los tex­tos que com­po­nen el volu­men que, en pala­bras de su coor­di­na­dor, «de algu­na mane­ra, es la secue­la de otro, La memo­ria en imá­ge­nes, que esta mis­ma edi­to­rial y esta mis­ma mues­tra audio­vi­sual aus­pi­cia­ron hace dos años. Si allí se tra­ta­ba de defi­nir y deli­near los modos en que el cine mira­ba hacia atrás en el tiem­po, en que era capaz de cons­truir­se una memo­ria, aquí se tra­ta de dejar inaca­ba­dos cier­tos tra­zos que inten­tan dibu­jar otra figu­ra, esa figu­ra difu­mi­na­da, esa pura difu­mi­na­ción que es el tiem­po en el acto mis­mo de dar for­ma al cine. ¿Cómo atra­par eso, una vez más? ¿Cómo hacer­lo si no es en el acto de la his­to­ria, de la His­to­ria del Cine, ese momen­to en que es el pro­pio cine quien mira hacia atrás y cons­tru­ye su pro­pia memo­ria? Se ha pro­du­ci­do ahí un gran error, un error des­co­mu­nal que pue­de exten­der­se a todas las demás for­mas artís­ti­cas pero que en el cine se hace tan evi­den­te que lle­ga a des­lum­brar: la His­to­ria no es un asun­to de pro­gre­sio­nes y linea­li­da­des, no cami­na sola­men­te hacia ade­lan­te, sino que tam­bién, de mane­ra inevi­ta­ble, se ve obli­ga­da siem­pre a vol­ver la vis­ta atrás, inclu­so a diri­gir la mira­da hacia los lados, que a su vez pasan de ser sim­ples espa­cios a con­ver­tir­se en otras dimen­sio­nes tem­po­ra­les. Esto no hacía fal­ta decir­lo, cla­ro está: ya está en Berg­son, ya está (otra vez) en Proust, ya está en Deleu­ze. Jean Louis Sche­fer, que nos dejó recien­te­men­te y a quien tam­bién se debe­ría dedi­car este libro, no solo lo puso por escri­to, sino que lo gri­tó a voz en cue­llo en una pelí­cu­la admi­ra­ble, Dan­zas maca­bras, esque­le­tos y otras fan­ta­sías (2019), que diri­gie­ron Rita Ace­ve­do Gomes y Pie­rre Léon para demos­trar, de nue­vo, que el cine ya esta­ba en las dan­ses maca­bres medie­va­les, que el cine era un asun­to de las dan­zas maca­bras y qui­zá de Dan­te y Petrar­ca. Pero sí era nece­sa­rio ilus­trar­lo, a fal­ta de otra cosa. La His­to­ria del Cine tam­bién se pue­de con­tar hacia atrás».

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