Entrevista a Alberto R. Torices, autor de la novela «Desposesión»

Ediciones Trea - Alberto R. Torices

Ediciones Trea - 978-84-19823-92-2 - Desposesion - Alberto R Torices

El pasa­do abril rese­ñá­ba­mos la publi­ca­ción de Des­po­se­sión, cuar­ta obra narra­ti­va de Alber­to R. Tori­ces en Trea, tras Tra­ta de olvi­dar­las (2017), Como un perro ante la tum­ba de un cru­za­do (2019) y El tra­ba­jo está hecho (2021), lo que dio opor­tu­ni­dad a una lar­ga entre­vis­ta al autor rea­li­za­da por el crí­ti­co Álva­ro Ace­bes y publi­ca­da en El Cua­derno, en la que se hace un repa­so a su ya lar­ga tra­yec­to­ria lite­ra­ria des­de sus años de for­ma­ción has­ta su madu­rez literaria.

El crí­ti­co José Igna­cio Gar­cía des­ta­ca pre­ci­sa­men­te en su rese­ña de Des­po­se­sión un ele­men­to común a esa tra­yec­to­ria: «la minu­cio­sa y pre­ci­sa capa­ci­dad que Alber­to Tori­ces posee para con­ver­tir­se, nove­la tras nove­la o rela­to tras rela­to, en un acre­di­ta­do arqueó­lo­go de las emo­cio­nes y de los sen­ti­mien­tos huma­nos más intrincados».

En la entre­vis­ta, uti­li­zan­do el simil de la prác­ti­ca del tiro con arco, depor­te que prac­ti­ca, Alber­to Tori­ces comen­ta sobre la de la lite­ra­tu­ra: «El tiro con arco es un depor­te que pue­de ser muy gra­ti­fi­can­te, pero tam­bién muy frus­tran­te. Depen­de de cómo lo prac­ti­ques y de cómo ges­tio­nes tus sen­sa­cio­nes, tus obje­ti­vos, tus resul­ta­dos… Es un depor­te en el que la prác­ti­ca está liga­da, por un lado, a la dis­ci­pli­na y la con­ti­nui­dad, y, por otro, a fac­to­res men­ta­les como la con­cen­tra­ción, la rela­ja­ción y la con­fian­za y la segu­ri­dad en ti mis­mo. Estos son pila­res bási­cos, no ya para acer­tar en el cen­tro de la dia­na, que sería otra cues­tión, sino para que la prác­ti­ca sea satis­fac­to­ria. Creo que eso es apli­ca­ble a la lite­ra­tu­ra y a otras muchas más cosas. Si no lo prac­ti­cas con una bue­na acti­tud men­tal, el arco te frus­tra, te cris­pa y te estre­sa. Con la lite­ra­tu­ra pasa lo mis­mo. En reali­dad, no es el tiro lo que te defrau­da, sino tu mane­ra de ejer­ci­tar­lo. El tiro con arco, al igual que la lite­ra­tu­ra, debe ejer­ci­tar­se con una míni­ma dis­ci­pli­na, con un cier­to méto­do y con la ayu­da de maes­tros, dis­fru­tan­do de la pro­pia prác­ti­ca tan­to o más que del resul­ta­do y rela­ti­vi­zan­do mucho tan­to los lla­ma­dos “éxi­tos” como los lla­ma­dos “fra­ca­sos”».

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