La censura de la muerte en Occidente como generadora de arte y cultura

Ediciones Trea - 979-13-87790-21-9 - Tabu - German PiquerasLa muer­te ven­de y lla­ma nues­tra aten­ción. ¿Cómo podría expli­car­se si no que sea uno de los gran­des temas repre­sen­ta­dos en el arte y la cul­tu­ra de masas en las socie­da­des occi­den­ta­les? Socie­da­des en las que, por otro lado, se vive como si la muer­te no exis­tie­ra. La muer­te ven­de, sí, pero nadie quie­re hablar de la muer­te. Vivi­mos de espal­das a ella, influi­dos por un tabú.  Y es pre­ci­sa­men­te este tabú el tema cen­tral del últi­mo libro de Ger­mán Pique­ras, Tabú. La cen­su­ra de la muer­te en Occi­den­te como gene­ra­do­ra de arte y cul­tu­ra (Edi­cio­nes Trea, 2025). Con este ensa­yo el autor pre­ten­de tra­zar una tesis razo­na­da para que el lec­tor dis­pon­ga de herra­mien­tas para inter­pre­tar qué quie­re decir­nos cada una de las pre­sen­cias de la muer­te que encon­tra­mos en dis­tin­tos pro­duc­tos y sub­pro­duc­tos culturales.

En el siglo XVIII la cos­tum­bre de morir en un hos­pi­tal comien­za a cobrar pro­ta­go­nis­mo; esta muer­te medi­ca­li­za­da se rela­cio­na con la muer­te social, en tan­to en cuan­to el indi­vi­duo es ale­ja­do de su zona de con­fort para ter­mi­nar su vida en hos­pi­ta­les o resi­den­cias. Esto con­lle­va a que el siglo XIX comien­ce a hablar­se de muer­te prohi­bi­da o inver­ti­da, la cual tie­ne lugar cuan­do se nie­ga el due­lo y se recha­za a los difun­tos has­ta el pun­to de que las fami­lias requie­ran de pro­fe­sio­na­les para orga­ni­zar unos deter­mi­na­dos ritos al morir; de este modo se mini­mi­za al máxi­mo el dolor y se ale­ja la muer­te de la vida coti­dia­na de las per­so­nas en la medi­da de lo posi­ble. Este cam­bio social en la per­cep­ción de la muer­te y su rela­ción con ella modi­fi­ca la mane­ra de crear de los artis­tas, sien­do el arte, como es, un espe­jo de lo que suce­de en la sociedad.

Pique­ras nos pro­po­ne un via­je que va des­de las anti­guas per­cep­cio­nes artís­ti­cas y antro­po­ló­gi­cas sobre la muer­te has­ta nues­tros días, pasan­do por el aná­li­sis de algu­nas obras para­dig­má­ti­cas sobre la mis­ma. Un reco­rri­do que evi­den­cia el tabú que supo­ne la muer­te para la socie­dad occi­den­tal de nues­tra era, pero que tam­bién pone de mani­fies­to la idea de que, aun­que la socie­dad viva ocul­tan­do y evi­tan­do la muer­te, el inte­rés que tie­ne y el ger­men que supo­ne para la crea­ción de nue­vos pro­duc­tos es ingen­te. Algu­nos de estos pro­duc­tos poten­cian el tabú y otros natu­ra­li­zan la muer­te y nos hacen pen­sar sobre lo que somos, ponien­do de mani­fies­to que el arte y la cul­tu­ra son herra­mien­tas cla­ve para pre­gun­tar­nos acer­ca de nues­tras inquie­tu­des más pro­fun­das y que, al cam­biar la mane­ra de con­ce­bir la muer­te, tam­bién cam­bia­mos la mane­ra de enten­der la vida.

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