Los embajadores en la Alta y Plena Edad Media peninsular

La figu­ra del emba­ja­dor, fun­da­men­tal en el desa­rro­llo de las rela­cio­nes inter­na­cio­na­les y de la diplo­ma­cia a lo lar­go de la his­to­ria, ha sido aten­di­da por la his­to­rio­gra­fía y, en los últi­mos años, tam­bién en la inves­ti­ga­ción del perío­do medie­val. Sin embar­go, poco o nada se ha tra­ba­ja­do, has­ta hoy, sobre la figu­ra de los emba­ja­do­res en la Alta y la Ple­na Edad Media penin­su­lar, mar­ca­da por la extre­ma diver­si­dad en los ámbi­tos polí­ti­cos y cul­tu­ra­les. Tras el libro El emba­ja­dor: Evo­lu­ción en la Edad Media penin­su­lar, en el pro­yec­to Pac­to, nego­cia­ción y con­flic­to en la cul­tu­ra polí­ti­ca cas­te­lla­na (1230–1516)PACNECON― se plan­teó la nece­si­dad de con­si­de­rar estos exten­sos perío­dos, dado el vacío exis­ten­te en la pri­me­ra mono­gra­fía. Así, a lo lar­go de este tra­ba­jo —El emba­ja­dor en la Alta y Ple­na Edad Media his­pa­na, coor­di­na­do por el inves­ti­ga­dor pre­doc­to­ral en la Uni­ver­si­dad Com­plu­ten­se de Madrid Javier Lli­dó Mira­vé y el pro­fe­sor titu­lar de His­to­ria Medie­val en la mis­ma uni­ver­si­dad Óscar Villa­rroel Gon­zá­lez—, con­ti­nua­ción pero ante­ce­den­te del libro men­cio­na­do, se pre­sen­tan estu­dios que ana­li­zan la figu­ra del emba­ja­dor en las varia­das enti­da­des polí­ti­cas que se asen­ta­ron sobre la penín­su­la ibé­ri­ca en aque­llos siglos. Des­de los emba­ja­do­res visi­go­dos has­ta los de Jai­me I el con­quis­ta­dor, se aten­de­rá a enti­da­des polí­ti­cas tan dis­tin­tas como el cali­fa­to de Cór­do­ba, el Impe­rio leo­nés, o los rei­nos de Por­tu­gal, Cas­ti­lla y Nava­rra. Se aspi­ra, con ello, a ver las dife­ren­cias, pero tam­bién las simi­li­tu­des en la figu­ra del emba­ja­dor, sus fun­cio­nes, per­so­na­li­dad, for­ma de tra­ba­jo, evo­lu­ción… Con ello, se pre­ten­de com­ple­tar el pano­ra­ma de la cul­tu­ra polí­ti­ca diplo­má­ti­ca en todo el Medie­vo en la penín­su­la ibérica.

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