Poder, devoción y arte

En el mes de mayo de 2022 se cele­bró en la sede madri­le­ña de la Fun­da­ción Car­los de Ambe­res y en la Uni­ver­si­dad Com­plu­ten­se de Madrid el semi­na­rio Espa­cios de poder y devo­ción. El mode­lo habs­búr­gi­co de las artes en la Edad Moder­na. Diri­gi­do por Fer­nan­do Che­ca Cre­ma­des y Mat­teo Man­ci­ni, los prin­ci­pa­les pun­tos de refle­xión allí pro­pues­tos se plas­man aho­ra en la mono­gra­fía Luga­res de poder y devo­ción. El mode­lo habs­búr­gi­co de las artes en la Edad Moder­na (Edi­cio­nes Trea, 2025), diri­gi­da por los cita­dos Fer­nan­do Che­ca Cre­ma­des y Mat­teo Man­ci­ni y coor­di­na­da por San­tia­go Arro­yo Este­ban y Sara Balles­ter Bagh­da­di. Tan­to el semi­na­rio como la mono­gra­fía se cen­tran en el mode­lo de pro­tec­ción, patro­ci­nio y colec­cio­nis­mo de las artes de los Habs­bur­go que gober­na­ron Espa­ña a lo lar­go del siglo XVI, ponien­do espe­cial aten­ción a los abun­dan­tes y varia­dos luga­res en los que se desa­rro­lló este patro­ci­nio y mos­tran­do su diver­si­dad y com­ple­ji­dad. Des­de El Esco­rial, el Pala­cio de El Par­do o el Monas­te­rio de las Des­cal­zas reales, pasan­do por cate­dra­les, monas­te­rios o pala­cios, estos eran luga­res que bien sien­do aje­nos al entorno cor­te­sano se vie­ron influi­dos por el mis­mo, o que aca­ba­ron sien­do recep­to­res de las obras de arte que pro­ce­dían o eran muy depen­dien­tes de la cor­te. Luga­res don­de ade­más resul­ta difí­cil deli­mi­tar los lími­tes pre­ci­sos entre lo estric­ta­men­te pro­fano o polí­ti­co de reli­gio­so o devo­cio­nal. Todo ello lle­va a pen­sar y desa­rro­llar un mode­lo pro­pia­men­te habs­búr­gi­co de las artes a lo lar­go del siglo XVI. El mode­lo se vio muy pron­to refle­ja­do en los dis­tin­tos ámbi­tos de cor­tes y pala­cios nobi­lia­rios tan­to espa­ño­les como ita­lia­nos y de otros luga­res de Euro­pa. Las acti­tu­des en torno a la acu­mu­la­ción de pie­zas y la recep­ción de obras de arte se vie­ron influi­das no solo por la impor­tan­cia de lo clá­si­co y el colec­cio­nis­mo de anti­cua­rio, sino tam­bién por la impor­tan­cia de los mun­dos recién des­cu­bier­tos más allá del Atlán­ti­co. Todo ello impli­ca el hecho de que tan­to las cate­go­rías esti­lís­ti­cas, como las deli­mi­ta­cio­nes geo­grá­fi­cas resul­ten insu­fi­cien­tes para expli­car muchas obras y acti­tu­des artís­ti­cas que tuvie­ron lugar a lo lar­go del siglo XVI en Euro­pa, espe­cial­men­te en la Euro­pa de las cor­tes y pala­cios. Estos fue­ron los prin­ci­pa­les pun­tos de refle­xión pro­pues­tos en el semi­na­rio con el obje­ti­vo de encon­trar nue­vos pará­me­tros en la com­pren­sión del arte del siglo XVI y que aho­ra ese plas­man en este libro.