979-13-87790-25-7_Indice_Poder-y-representacion-en-tiempos-del-duque-de-Lerma
Formato: 17 x 24 cm.
Páginas: 728
Año: 2025
ISBN: 979-13-87790-25-7

Poder y representación en tiempos del duque de Lerma

Juegos de apariencias en el laberinto cortesano

40,00

El rei­na­do de Feli­pe III, cora­zón del fruc­tí­fe­ro Siglo de Oro espa­ñol, es un perio­do tan com­ple­jo como rico en mati­ces en el que se for­jó la cul­tu­ra del Barro­co. La cor­te, con­ver­ti­da en un labe­rin­to, y la reali­dad se per­ci­bían a tra­vés de las apa­rien­cias y el poder con­ce­di­do a los sen­ti­dos. En este con­tex­to, se esta­ble­ció un jue­go de espe­jos y refle­jos don­de el vali­mien­to de Fran­cis­co Gómez de San­do­val y Rojas fue una de las mani­fes­ta­cio­nes más logra­das y sig­ni­fi­ca­ti­vas de la iden­ti­dad de ese momen­to. Este no es sino la con­se­cuen­cia de un mun­do que, aun­que fuer­te­men­te jerar­qui­za­do, comen­za­ba a orga­ni­zar­se en torno a dos cen­tros, lo que obli­ga­rá al esta­ble­ci­mien­to de redes de poder, como hilos de Ariad­na en el déda­lo cor­te­sano, para tran­si­tar con cier­ta segu­ri­dad por un entorno cada vez más inse­gu­ro. Al mis­mo tiem­po, el desa­rro­llo de las artes, al ser­vi­cio de estos plan­tea­mien­tos, alcan­zó algu­nas de sus cotas más expre­si­vas y las rela­cio­nes entre el arte y el poder esta­ble­cie­ron una estre­cha e ínti­ma vin­cu­la­ción con ejem­plos tan defi­ni­to­rios como la inago­ta­ble acción pro­mo­to­ra del  I duque de Ler­ma. Él, sin duda, fue el pro­ta­go­nis­ta de los pri­me­ros años del siglo XVII y su apa­sio­nan­te figu­ra des­pier­ta los jui­cios más opues­tos. De ahí que resul­te opor­tuno apro­ve­char el cuar­to cen­te­na­rio de su falle­ci­mien­to (1625- 2025) para, des­de una pers­pec­ti­va mul­ti­fo­cal, vol­ver a inte­rro­gar­nos sobre su papel y actua­cio­nes, al mis­mo tiem­po que avan­za­mos en la com­pren­sión del mar­co en el que trans­cu­rrió su vida. No por ello Fran­cis­co Gómez de San­do­val y Rojas deja­rá de ser una per­so­na­li­dad con­tro­ver­ti­da, pero sí esta­re­mos más pró­xi­mos a esta­ble­cer una valo­ra­ción sin pre­jui­cios, en el con­ven­ci­mien­to de que aún que­da mucho por  conocer.

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