Edición musical en la era digital

Preservación patrimonial y tradiciones interpretativas en el ecosistema educativo

28,00

Pró­lo­go de John Griffiths

Las edi­cio­nes aca­dé­mi­cas digi­ta­les están modi­fi­can­do sus­tan­cial­men­te la for­ma en que se ha con­cep­tua­li­za­do la edi­ción crí­ti­ca de tex­tos musi­ca­les duran­te lar­gos perio­dos de tiem­po. Sus capa­ci­da­des hiper­me­dia y su estruc­tu­ra mul­ti­di­men­sio­nal per­mi­ten poner en con­tex­to dife­ren­tes fuen­tes y tes­ti­mo­nios en un espa­cio vir­tual don­de todos los obje­tos están rela­cio­na­dos semán­ti­ca­men­te. En este con­tex­to, la inte­gra­ción de las ano­ta­cio­nes inter­pre­ta­ti­vas (téc­ni­cas y/o expre­si­vas), que de mane­ra sis­te­má­ti­ca el intér­pre­te ins­cri­be en los tex­tos musi­ca­les con los que tra­ba­ja, per­mi­te regis­trar y ges­tio­nar un cono­ci­mien­to esen­cial para el estu­dio del pen­sa­mien­to musi­cal y de los pro­ce­sos de apren­di­za­je musi­cal en el ámbi­to interpretativo.

Gene­ral­men­te, este cono­ci­mien­to se tras­mi­te a tra­vés de cana­les infor­ma­les, rela­cio­na­dos con el ámbi­to de las rela­cio­nes pri­va­das entre pro­fe­sor-alumno, por lo que se man­tie­ne al mar­gen del ámbi­to edi­to­rial y del acce­so públi­co. Des­de esta pers­pec­ti­va, la pre­sen­te obra abor­da un mode­lo de edi­ción digi­tal con­cep­tua­li­za­do para inte­grar este tipo de ano­ta­cio­nes den­tro del para­dig­ma de la edi­ción social. Para ello se han ana­li­za­do las posi­bi­li­da­des que ofre­ce el están­dar MEI para cap­tu­rar y codi­fi­car la infor­ma­ción que repre­sen­tan estas ano­ta­cio­nes sobre el tex­to musi­cal, así como recur­sos alter­na­ti­vos, como el están­dar Web Anno­ta­tion para la ano­ta­ción semán­ti­ca de recur­sos digi­ta­les, con el fin de arti­cu­lar meca­nis­mos para­le­los para la codi­fi­ca­ción de ano­ta­cio­nes com­ple­jas. De mane­ra para­le­la, la obra ana­li­za las carac­te­rís­ti­cas más defi­ni­to­rias de las ano­ta­cio­nes inter­pre­ta­ti­vas en el ámbi­to musi­cal y se pro­po­ne un mar­co de cla­si­fi­ca­ción que per­mi­te con­tex­tua­li­zar la infor­ma­ción que inte­gran en el seno de los pro­ce­sos de ense­ñan­za-apren­di­za­je y estu­dio de dis­tin­tas obras musi­ca­les. Final­men­te, esta cla­si­fi­ca­ción se con­tras­ta con el aná­li­sis de un cor­pus de ano­ta­cio­nes musi­ca­les que incor­po­ra algu­nas de las ano­ta­cio­nes más comu­nes den­tro de la prác­ti­ca musical.

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