Ediciones Trea - 978-84-9704-295-6 - Democratas de antaño - Sergio Sanchez Collantes
Colección:
Formato: 17 x 24 cm.
Páginas: 424
Año: 2007
ISBN: 978–84-9704–295‑6

Demócratas de antaño

Republicanos y republicanismos en el Gijón decimonónico

30,00

El repu­bli­ca­nis­mo gijo­nés, al menos des­de media­dos del siglo XIX, aban­de­ró en la villa la lucha por las liber­ta­des, los dere­chos y las garan­tías más irre­nun­cia­bles. Duran­te déca­das, demo­cra­cia y repu­bli­ca­nis­mo fue­ron con­cep­tos sinó­ni­mos por­que este fue el pio­ne­ro en defen­der los prin­ci­pios ver­te­bra­les de aque­lla. De signo emi­nen­te­men­te fede­ral, el repu­bli­ca­nis­mo local fue evo­lu­cio­nan­do hacia un movi­mien­to plu­ral que cris­ta­li­zó en dis­tin­tas orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas, entre las que se inclu­yó la opción uni­ta­ria, y todas ellas se dota­ron de órga­nos perio­dís­ti­cos con los que man­te­ner y pro­pa­gar su men­sa­je en la socie­dad del Gijón deci­mo­nó­ni­co. Aun­que sus bases socia­les revis­tie­ron un per­fil inter­cla­sis­ta, el grue­so de la mili­tan­cia pro­ce­día de los sec­to­res popu­la­res, sobre todo de las cla­ses tra­ba­ja­do­ras, inclu­yen­do a muje­res que, aun­que esta­ban exclui­das de la vida polí­ti­ca, engro­sa­ron esta cul­tu­ra polí­ti­ca a tra­vés de otros meca­nis­mos de par­ti­ci­pa­ción que tes­ti­mo­nian su adhe­sión a todo lo que ella implicaba.

El repu­bli­ca­nis­mo gijo­nés desem­pe­ñó un papel deci­si­vo al edu­car a los sec­to­res popu­la­res en valo­res cívi­cos y demo­crá­ti­cos que los con­vir­tie­ron en ciu­da­da­nos cons­cien­tes de sus dere­chos; lo hizo, por ejem­plo, aus­pi­cian­do la fun­da­ción de cen­tros como el Círcu­lo de la Revo­lu­ción o el Ate­neo Obre­ro, en los que, al ense­ñar a leer y escri­bir al que no sabía, se hizo de la cul­tu­ra algo acce­si­ble y se abrie­ron las puer­tas a deri­vas ideo­ló­gi­cas impre­vi­si­bles (muchos anar­quis­tas y socia­lis­tas gijo­ne­ses de pri­me­ra hora se for­ma­ron en las filas del fede­ra­lis­mo). Asi­mis­mo, en los cita­dos cen­tros y en otros crea­dos por ellos, los repu­bli­ca­nos espo­lea­ron la socia­bi­li­dad, y con su impli­ca­ción en el aso­cia­cio­nis­mo, con su capa­ci­dad de con­vo­ca­to­ria y con su inte­rés por que los des­po­seí­dos lucha­ran por cotas más altas de jus­ti­cia social, fomen­ta­ron de hecho una serie de prác­ti­cas que con­tri­bu­ye­ron a eman­ci­par­los de la igno­ran­cia, a afian­zar su edu­ca­ción polí­ti­ca, a fami­lia­ri­zar­los con la res­pon­sa­bi­li­dad de ges­tio­nar intere­ses colec­ti­vos y con la auto­or­ga­ni­za­ción y a apun­ta­lar unas pau­tas de actua­ción y una iden­ti­dad colec­ti­va popu­lar que resul­tan vita­les para com­pren­der el Gijón fini­se­cu­lar y el que entró en la nue­va centuria.

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