Ediciones Trea - 978-84-9704-482-0 - El capon de Vilalba y su cocina - Matilde Felpeto Lagoa
Colección:
Formato: 15 x 21 cm.
Páginas: 112
Año: 2009
ISBN: 978–84-9704–482‑0

El capón de Villalba y su cocina

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    El capón es uno de esos ani­ma­les que han teni­do la des­gra­cia de caer en manos de la par­te más desa­pren­si­va del know how (saber cómo) gas­tro­nó­mi­co: la que, por mor de incon­fe­sa­bles pla­ce­res de nues­tra boca, ojos y nari­ces, lle­va a some­ter­los a refi­na­das tor­tu­ras físi­cas y psi­co­ló­gi­cas: en este caso, la cas­tra­ción, la ceba y el con­fi­na­mien­to. Pero no se lle­ga a tales extre­mos mera­men­te por mal­dad o por una gula des­me­di­da com­bi­na­da con una pato­ló­gi­ca debi­li­dad, sino a tra­vés de la sofis­ti­ca­ción cul­tu­ral que empie­zan a des­ple­gar los roma­nos del Impe­rio. A lo lar­go del tiem­po, diver­sas artes selec­ti­vas y téc­ni­cas han con­du­ci­do a que un vul­gar pollo se con­vier­ta en un esplén­di­do capón, «el rey de los pla­tos, el pla­to de los reyes», como gus­ta­ba decir Pío IX, al que sería difí­cil acu­sar de cruel­dad. En nues­tro país, fue­ron los galle­gos, y más espe­cí­fi­ca­men­te los vilal­ben­ses, los que desa­rro­lla­ron esta sofis­ti­ca­da alqui­mia que con­vier­te en otro «oro líqui­do» las deli­ca­das gra­sas del capón: la Fei­ra del Capón de Vilal­ba, que se cele­bra todos los años poco antes de Navi­dad (el 21 de diciem­bre), reúne a miles de per­so­nas y due­ños de res­tau­ran­tes dis­pues­tos a con­se­guir los mejo­res ejem­pla­res del ya céle­bre capón de la raza de San Xiao de Mos. Matil­de Fel­pe­to, des­pués de un some­ro repa­so his­tó­ri­co, lite­ra­rio y gas­tro­nó­mi­co sobre el uso y el tra­to que con él hemos teni­do, se aden­tra en un ver­ti­gi­no­so mun­do de rece­tas (más de cin­cuen­ta) en las que cabe de todo: des­de nada, el capón en sí, has­ta las man­za­nas, el mem­bri­llo, las lan­gos­tas, el repo­llo, las cas­ta­ñas y un lar­go etcé­te­ra, en el que no pue­den fal­tar los nom­bres de algu­nos ilus­tres come­do­res de capón, como Cun­quei­ro, Fra­ga o Par­do Bazán. Resul­ta difí­cil, des­pués de leer esta obra, no empe­zar a pre­pa­rar el via­je que nos lle­ve a la Terra Cha y, más en con­cre­to, a su capi­tal, Vilalba.

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