Ediciones Trea - 978-84-9704-471-4 - El origen del mundo - Thierry Savatier
Colección:
Materias:
Formato: 12 x 20 cm.
Páginas: 324
Año: 2009
ISBN: 978–84-9704–471‑4

El origen del mundo

Historia de un cuadro de Gustave Courbet

25,00

La posi­ción de las pier­nas, la ausen­cia de ros­tro (ras­go que la dota de mayor mis­te­rio y, a la vez, uni­ver­sa­li­dad), la rotun­di­dad de las for­mas, la inevi­ta­bi­li­dad del pri­mer plano y, des­de lue­go, ese oscu­ro y espe­so trián­gu­lo que cas­ti­ga cual­quier inten­to de negar lo que se está con­tem­plan­do…: esta obra de Cour­bet, escan­da­lo­sa y arre­ba­ta­do­ra, posee un poder de fas­ci­na­ción tal que la con­vier­te en una pie­za úni­ca de la his­to­ria del arte occi­den­tal. Y si apa­sio­nan­te pue­de ser el aná­li­sis pic­tó­ri­co de este Ori­gen del mun­do, no lo es menos el de su iti­ne­ra­rio des­de que Cour­bet lo pin­ta­ra en 1866 para el diplo­má­ti­co y colec­cio­nis­ta tur­co Kha­lil Bey: tra­za­do al deta­lle por Thierry Sava­tier gra­cias a una exhaus­ti­va inves­ti­ga­ción (que ilu­mi­na muchos aspec­tos oscu­ros y abre esti­mu­lan­tes líneas futu­ras), cono­ce­re­mos el París galan­te de fina­les del siglo XIX pasan­do por los años de la ocu­pa­ción nazi de Hun­gría, don­de el cua­dro fue roba­do, has­ta su vuel­ta a Fran­cia tras su adqui­si­ción por el psi­co­ana­lis­ta Jac­ques Lacan y su defi­ni­ti­va recu­pe­ra­ción para el públi­co con su lle­ga­da al Museo de Orsay en 1995.

Al mis­te­rio telú­ri­co y la fas­ci­na­ción pri­ma­ria de su con­te­ni­do corres­pon­den, pues, como en estas pági­nas se narra, un enig­má­ti­co con­tex­to (des­de el pro­pio títu­lo del cua­dro has­ta la iden­ti­dad de la mode­lo que ante Cour­bet abrió sus pier­nas) y una intri­gan­te his­to­ria de des­apa­ri­cio­nes, ocul­ta­mien­tos y dolo­sos olvi­dos que pare­cen haber cons­pi­ra­do, como con­tra él y la sacu­di­da de liber­tad que gene­ra siguen tra­tan­do de hacer los vela­do­res de la moral, para ocul­tar a hom­bres y muje­res la magis­tral visión de lo que es nada más y nada menos que un sober­bio coño: un coño sober­bio por su atre­vi­da con­tun­den­cia, pero, por enci­ma de todo, por su magis­tral fac­tu­ra, que mar­ca un pun­to y apar­te en el deve­nir de la pin­tu­ra occi­den­tal, lo que hace ple­na­men­te jus­ti­fi­ca­ble y abso­lu­ta­men­te nece­sa­ria esta «bio­gra­fía».

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