El Pelayo. Tragedia
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Este volumen acoge la primera edición crítica de El Pelayo de G. M. de Jovellanos (1744–1811), una tragedia escrita en 1769, corregida en 1771–1772 y lista para imprenta en 1773, que no vio la luz hasta 1832, debido a que Jovellanos desistió de publicarla tras un encontronazo con la censura. No obstante, él mismo dirigió un montaje en Gijón en 1782, diez años antes de que Luciano Comella plagiara y alterara la obra, representándola y publicándola como Munuza en Madrid en 1792. El Pelayo es el primer proyecto literario de envergadura de Jovellanos, y supone su decidida participación en una pionera política cultural, que pretendía dotar a la escena española de un repertorio acorde con los referentes literarios europeos contemporáneos, con los modernos presupuestos estéticos neoclásicos y con los parámetros ideológicos de la Ilustración. Al calor del celebrare domestica facta horaciano, Jovellanos aborda la materia pelagiana a partir de la rebelión de Pelayo y los gijoneses contra Munuza y, en constante tensión con la Historia y la preceptiva literaria, construye un discurso de implicaciones políticas y éticas que fija aquel momento para el imaginario colectivo como el de los «principios de la restauración de la patria», cuyos derechos inalienables había conculcado el tirano.
De todo ello se da cuenta en la extensa introducción a cargo, como la edición, de Elena de Lorenzo, directora del Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII de la Universidad de Oviedo. El nuevo texto de El Pelayo, acompañado de los varios prólogos y notas que Jovellanos escribió para la obra y de su contestación al anónimo censor, se fija a partir del cotejo de la primera edición de 1832 con los manuscritos de la Biblioteca Nacional de España y el Museo Casa Natal de Jovellanos de Gijón, y con el Munuza de 1792 (una edición deturpada, pero cuya base es la versión primitiva del propio Jovellanos).