Ediciones Trea - 978-84-9704-712-8 - El secreto de la cocina japonesa - Ryoko Sekiguchi
Colección:
Formato: 15 x 21 cm.
Páginas: 96
Año: 2013
ISBN: 978–84-9704–712‑8

El secreto de la cocina japonesa. Lo astringente y la comida fantasma

La exten­sión por todo el mun­do de res­tau­ran­tes japo­ne­ses y el uná­ni­me reco­no­ci­mien­to a su gas­tro­no­mía como una de las más ori­gi­na­les y a la vez salu­da­bles han acer­ca­do al pala­dar occi­den­tal un con­jun­to de sabo­res poco habi­tua­les en nues­tras tra­di­cio­nes culi­na­rias. Sin embar­go, son nume­ro­sos aún los mis­te­rios que encie­rran para noso­tros las pre­pa­ra­cio­nes japo­ne­sas, sabo­res que no acer­ta­mos a iden­ti­fi­car, con­sis­ten­cias difu­sas, com­bi­na­cio­nes ines­pe­ra­das, via­jes gus­ta­ti­vos a luga­res desconocidos.

Uno de esos mis­te­rios aún no des­ve­la­dos es el de la astrin­gen­cia, repre­sen­ta­da en la coci­na japo­ne­sa por uno de sus fru­tos nacio­na­les, el caqui. Seco o madu­ro, más o menos dul­ce o almi­ba­ra­do, su sabor astrin­gen­te acom­pa­ña con dis­cre­ción una amplia gama de pla­tos e, igual­men­te, gra­cias a sus tani­nos, ha adqui­ri­do innu­me­ra­bles usos en la vida coti­dia­na japo­ne­sa des­de hace siglos, has­ta el pun­to de que la noción de astrin­gen­cia a él aso­cia­da ha pasa­do a desig­nar un cier­to carác­ter per­so­nal, inclu­so una corrien­te esté­ti­ca o artística.

Extra­ña aún para nues­tros pala­da­res la astrin­gen­cia así con­si­de­ra­da, otros mis­te­rios de la coci­na japo­ne­sa se expre­san tam­bién en la con­di­ción fan­tas­má­ti­ca de algu­nos ali­men­tos o pre­pa­ra­cio­nes, como las gela­ti­nas o deter­mi­na­das espe­cies de peces y de algas. A caba­llo entre lo lite­ra­rio y lo gas­tro­nó­mi­co, en la bús­que­da de ese mis­te­rio­so fan­tas­ma la auto­ra nos con­du­ce gra­dual­men­te hacia hori­zon­tes cada vez más inquie­tan­tes, has­ta lle­gar al mun­do en que la pro­pia comi­da se vuel­ve «fan­tas­ma», refe­ren­cia innom­bra­da a la tra­ge­dia que vivió Japón el 11 de mar­zo del 2011.

Com­par­tir