Europeana

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La obra que tie­ne en sus manos, Euro­pea­na: la pla­ta­for­ma del patri­mo­nio cul­tu­ral euro­peo, tie­ne por obje­to ofre­cer una visión glo­bal de este pro­yec­to pro­mo­vi­do por la Unión Euro­pea, que da acce­so a tra­vés de su pla­ta­for­ma en Inter­net (la mayor del mun­do en patri­mo­nio cul­tu­ral digi­ta­li­za­do) a más de trein­ta millo­nes de obje­tos de una trein­te­na de países.

Es decir, se pre­ten­de expli­car cómo sur­ge Euro­pea­na, en qué se basa su mode­lo de nego­cio y cuál es su visión estra­té­gi­ca, quié­nes son sus prin­ci­pa­les pro­vee­do­res, qué colec­cio­nes la for­man, cuál es la tipo­lo­gía de estas, cómo se ges­tio­nan los datos, meta­da­tos y los con­te­ni­dos des­de el pun­to de vis­ta téc­ni­co y legal, cómo pue­den acce­der los usua­rios, cómo recu­pe­ran meta­da­tos y cuá­les son los usos reales y poten­cia­les de la colec­ción. Asi­mis­mo, se ana­li­za a qué pro­ble­mas se enfren­ta la ges­tión de Euro­pea­na des­de el pun­to de vis­ta de la pre­ser­va­ción docu­men­tal, así como las ame­na­zas de obso­les­cen­cia que afron­ta un pro­yec­to de tal mag­ni­tud. Por últi­mo, des­de una pers­pec­ti­va local y glo­bal, se mues­tra cuál es la pre­sen­cia del patri­mo­nio cul­tu­ral espa­ñol en Euro­pea­na, dado que no se pue­de obviar que la pla­ta­for­ma ofre­ce tam­bién acce­so a casi qui­nien­tos millo­nes de ciu­da­da­nos de todo el mun­do que com­par­ten nues­tra len­gua y cultura.

El gru­po de coau­to­res de la obra per­te­ne­ce al ámbi­to pro­fe­sio­nal, docen­te e inves­ti­ga­dor de la ges­tión de la infor­ma­ción docu­men­tal, biblio­te­cas y archi­vos. Duran­te los últi­mos años, la mayo­ría de estos auto­res han par­ti­ci­pa­do en pro­yec­tos de inves­ti­ga­ción y estu­dios rela­cio­na­dos con el acce­so y uso de la infor­ma­ción docu­men­tal gene­ra­da por el sec­tor públi­co, en particu­lar en tra­ba­jos de diag­nós­ti­co y aná­li­sis del poten­cial de reuti­li­za­ción que ofre­ce este tipo de infor­ma­ción y con­te­ni­dos públi­cos. En este sen­ti­do, es des­ta­ca­ble que, de entre los dis­tin­tos sec­to­res que com­po­nen el aba­ni­co de amplia ofer­ta de datos e infor­ma­ción públi­ca (datos geo­grá­fi­cos, medioam­bien­ta­les, eco­nó­mi­cos, socia­les, etcé­te­ra), es, sin duda, el sec­tor cul­tu­ral aglu­ti­na­do en torno a Euro­pea­na el que ha logra­do unos resul­ta­dos más homo­gé­neos en cuan­to a orga­ni­za­ción de la infor­ma­ción en sus aspec­tos téc­ni­cos y lega­les, así como en volu­men y con­sis­ten­cia de la ofer­ta, lo que ha lle­va­do a las auto­ri­da­des comu­ni­ta­rias a incor­po­rar este sec­tor al mar­co de la reuti­li­za­ción de la infor­ma­ción del sec­tor públi­co en una nue­va Direc­ti­va euro­pea, apro­ba­da en 2013, que abri­rá nue­vas pers­pec­ti­vas al desa­rro­llo de Europeana.

En defi­ni­ti­va, ana­li­zar y ofre­cer una visión con­jun­ta de estos aspec­tos ha sido el reto que se han mar­ca­do los auto­res, con el obje­ti­vo de pre­sen­tar un enfo­que uni­ta­rio enri­que­ce­dor y que sir­va para hacer pro­gre­sar este pro­yec­to que ha de unir a los ciu­da­da­nos a tra­vés de su cul­tu­ra y patri­mo­nio comunes.

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