El esta­do de con­ser­va­ción de los mate­ria­les que con­for­man los bie­nes cul­tu­ra­les está cla­ra­men­te influen­cia­do por el medio que los rodea. Los fac­to­res cli­má­ti­cos desem­pe­ñan un papel cru­cial en el esta­ble­ci­mien­to de las con­di­cio­nes reque­ri­das para la pre­ser­va­ción de las colec­cio­nes. Si se con­tro­lan y modi­fi­can ade­cua­da­men­te estos fac­to­res, es posi­ble pro­te­ger los bie­nes de la mayo­ría de los pro­ce­sos pato­ló­gi­cos, sin la nece­si­dad de inter­ve­nir direc­ta­men­te sobre ellos. Sin embar­go, la expe­rien­cia nos dice que este tra­ba­jo sue­le ser de enor­me com­ple­ji­dad, debi­do a la difi­cul­tad que supo­ne el cono­ci­mien­to de un len­gua­je espe­cia­li­za­do, pro­pio de una dis­ci­pli­na aje­na al per­fil pro­fe­sio­nal de los res­pon­sa­bles de cui­dar las colecciones.

El pre­sen­te manual se pro­po­ne acer­car, de for­ma cla­ra y sen­ci­lla, el con­tro­ver­ti­do asun­to de la cli­ma­ti­za­ción a los dife­ren­tes pro­fe­sio­na­les vin­cu­la­dos a la cus­to­dia de los bie­nes de inte­rés cul­tu­ral y, al mis­mo tiem­po, ser una guía de fácil con­sul­ta en el arduo tra­ba­jo que impli­ca la pla­ni­fi­ca­ción del con­trol climático.