La persecución del libro. Hogueras, infiernos y buenas lecturas (1936–1951)
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En esta obra se analiza la represión del libro y de su entorno desarrollada por el franquismo desde los primeros días de la guerra civil. La destrucción de publicaciones se convirtió en un objetivo prioritario de las autoridades militares y de los falangistas para desterrar las ideas de la AntiEspaña. Asimismo se depuraron los fondos de bibliotecas, editoriales y librerías para eliminar el veneno escrito que habían pervertido el alma y la mente de los españoles. En paralelo al proceso de purga y destrucción de las obras existentes se estableció la censura previa para restringir la futura oferta en la producción bibliográfica nacional y en la importación de títulos extranjeros. La persecución al libro se completó con los diferentes castigos y penas impuestas a sus protagonistas. Sanciones económicas, depuraciones profesionales, años de reclusión y pérdida de la vida afectaron a escritores, editores y bibliotecarios como máximos responsables de la producción y difusión de esos textos perniciosos. Acusados de cometer pecados y delitos políticos, tuvieron que rendir cuentas ante el nuevo régimen. El ruido y la furia contra las publicaciones también se aplicaron a los profesionales del libro.