Nueva museología y museología social

Una historia narrada desde la experiencia española

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En nues­tra socie­dad los museos son ins­ti­tu­cio­nes que alma­ce­nan, con­ser­van y ges­tio­nan una heren­cia patri­mo­nial, pero tam­bién son refe­ren­tes para el desa­rro­llo poten­cial (social, cul­tu­ral y eco­nó­mi­co) de su entorno más inme­dia­to. Para lle­gar a esto los museos a lo lar­go de la his­to­ria han ido sufrien­do nume­ro­sas trans­for­ma­cio­nes; las más impor­tan­tes acae­cie­ron en los años sesen­ta y seten­ta del siglo xx, don­de apa­re­cie­ron voces que revo­lu­cio­na­ron el sen­ti­do y la razón de ser de estas ins­ti­tu­cio­nes, otor­gan­do mayor pro­ta­go­nis­mo al ser humano que a los bie­nes que en ellas se cus­to­dia­ba. Esta corrien­te de pen­sa­mien­to sería cono­ci­da como nue­va museo­lo­gía, y en la actua­li­dad como museo­lo­gía social.
Este libro pre­ten­de ser, por un lado, un refle­jo de aque­llos posos que gene­ra­ron una museo­lo­gía (social) dife­ren­te a la museo­lo­gía deno­mi­na­da tra­di­cio­nal. Por otro lado, pre­sen­ta el pano­ra­ma de la nue­va museo­lo­gía en Espa­ña. Ana­li­za la evo­lu­ción de una nue­va museo­lo­gía y una museo­lo­gía social en Espa­ña, el momen­to en el que los plan­tea­mien­tos de aque­lla, la nue­va museo­lo­gía, se intro­du­je­ron en sus fron­te­ras, quié­nes fue­ron sus pro­ta­go­nis­tas y cuá­les las expe­rien­cias pio­ne­ras. Asi­mis­mo, este tra­ba­jo no se limi­ta a cons­truir el pasa­do, la inten­ción ha sido inda­gar si con­ti­núa exis­tien­do una nue­va museo­lo­gía en Espa­ña, en qué esta­do se encuen­tra, cuá­les son sus pro­pues­tas, sus meto­do­lo­gías y carac­te­rís­ti­cas, y cuál es su futuro.
El lec­tor podrá com­pro­bar la rique­za de expe­rien­cias de una museo­lo­gía (social) ape­nas cono­ci­da, don­de se plan­tean nue­vos méto­dos para la par­ti­ci­pa­ción comu­ni­ta­ria, impres­cin­di­bles para enten­der y defen­der la uto­pía que pro­fe­sa­ban nume­ro­sos de los pro­fe­sio­na­les de la nue­va museo­lo­gía. Luga­res que se pro­yec­tan como refle­xión y «nego­cia­ción» entre el pasa­do y el futu­ro. Espa­cios de expre­sión para sus habi­tan­tes, de ambi­ción polí­ti­ca —en su sen­ti­do aris­to­té­li­co—, con­ver­ti­dos en for­mas para desa­rro­llar diná­mi­cas de par­ti­ci­pa­ción social y en recur­sos para el desa­rro­llo local endógeno.

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