El libro que tie­nen en sus manos no es una anto­lo­gía de tex­tos a la que se ha aña­di­do un ensa­yo acla­ra­to­rio como intro­duc­ción. Más bien al con­tra­rio: el núcleo del libro es el ensa­yo, mien­tras que el res­to es una selec­ción de tex­tos que ilus­tra y acom­pa­ña este ensa­yo. En él se pre­ten­de ras­trear los orí­ge­nes mis­mos del socia­lis­mo, apro­xi­ma­da­men­te entre 1800 y 1848, es decir, entre la apa­ri­ción de los pri­me­ros escri­tos de Fou­rier y la publi­ca­ción del Mani­fies­to comu­nis­ta de Marx y Engels.

Vere­mos a lo lar­go de estas pági­nas que la con­tra­dic­ción fue la par­te­ra del socia­lis­mo. La esci­sión de su con­cien­cia en dos almas con­tra­dic­to­rias —una revo­lu­cio­na­ria y la otra refor­mis­ta, a pri­me­ra vis­ta con­ser­va­do­ra o inclu­so reac­cio­na­ria— fue algo que el socia­lis­mo lle­vó en su san­gre des­de antes inclu­so de tener nom­bre, cuan­do Fou­rier, Owen, Thom­pson o Gray lan­za­ron al mun­do sus pri­me­ras crí­ti­cas con­tra los males pro­vo­ca­dos por el espí­ri­tu egoís­ta de un nue­vo feu­da­lis­mo comer­cial y finan­cie­ro. El pro­pó­si­to de esta obra es, por tan­to, expli­car cómo y por qué sur­gió esa esci­sión de la con­cien­cia socia­lis­ta, lo que en cier­to modo tam­bién expli­ca la pro­pia apa­ri­ción de lo que des­pués se cono­ció como socia­lis­mo, tenien­do en con­si­de­ra­ción la dis­tan­cia tem­po­ral y men­tal que sepa­ra a auto­res naci­dos en la déca­da de 1770, como Fou­rier, Owen y Thom­pson, de otros naci­dos vein­te o trein­ta años más tar­de, como la mayo­ría de los san­si­mo­nia­nos, por ejem­plo; esto es, las diver­sas men­ta­li­da­des cons­trui­das o sur­gi­das en dife­ren­tes con­tex­tos, en tiem­pos y luga­res distintos.