Web semántica y sistemas de información documental

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El pro­yec­to de la Web semán­ti­ca, desa­rro­lla­do e impul­sa­do por el W3 Con­sor­tium, el con­sor­cio inter­na­cio­nal que guía el desa­rro­llo de la Web, par­te de una idea genial: ¿qué pasa­ría si las pági­nas web pudie­ran ser pro­ce­sa­das como datos de entra­da de pro­gra­mas de orde­na­dor y no sola­men­te como algo des­ti­na­do a ser mos­tra­do en pan­ta­lla para que lo vea un ser humano? Podrían pasar cosas mag­ní­fi­cas. La actual Web 2.0 no es, cier­ta­men­te, la Web semán­ti­ca, pero casi todo el mun­do reco­no­ce que ha apor­ta­do cam­bios espec­ta­cu­la­res y podría ser un buen ejem­plo de los que podría­mos esperar.

Lo que nece­si­ta­mos para pasar de la Web como docu­men­tos (la Web actual) a la Web como datos (la Web semán­ti­ca) es que, en pri­mer lugar, las pági­nas inclu­yan, ade­más de con­te­ni­dos para los seres huma­nos (infor­ma­ción), con­te­ni­dos para los orde­na­do­res (meta­in­for­ma­ción). Aho­ra bien, la Web tie­ne alcan­ce uni­ver­sal, así que nece­si­ta­mos sis­te­mas de meta­da­tos (o meta­in­for­ma­cio­nes) sus­cep­ti­bles de uso uni­ver­sal e inter­pre­ta­bles por orde­na­do­res. En segun­do lugar, nece­si­ta­mos una espe­cie de super­cla­si­fi­ca­cio­nes o super­te­sau­ros for­ma­les (onto­lo­gías) que ayu­den a los orde­na­do­res a rea­li­zar infe­ren­cias váli­das sobre los datos. Even­tual­men­te, agen­tes de soft­wa­re, en repre­sen­ta­ción de los usua­rios, podrían lle­var a buen tér­mino tareas para las cua­les aho­ra se requie­re inte­li­gen­cia, o sea, tareas que solo las per­so­nas hoy pue­den eje­cu­tar con éxito.

En esta obra pre­sen­ta­mos una visión pano­rá­mi­ca sobre el pro­yec­to de la Web semán­ti­ca y sus diver­sos com­po­nen­tes. En los pri­me­ros capí­tu­los se pre­sen­ta una visión glo­bal que aspi­ra a mos­trar las dis­tin­tas visio­nes de la Web semán­ti­ca. En el res­to de la obra los auto­res han pro­cu­ra­do ceñir­se a las posi­bi­li­da­des actua­les y futu­ras de la Web semán­ti­ca, enten­di­da sobre todo en rela­ción con su impac­to en los sis­te­mas de infor­ma­ción docu­men­tal. Como back­ground gene­ral de la obra, se ha inten­ta­do con­si­de­rar la cla­se de nece­si­da­des, tareas y obje­ti­vos que sue­len tener los pro­fe­sio­na­les, estu­dio­sos e inves­ti­ga­do­res de los sis­te­mas de infor­ma­ción documentales.

Si los auto­res y los edi­to­res de este libro com­par­ten algu­nas ideas comu­nes, estas con­sis­ten en la con­vic­ción de que el colec­ti­vo de pro­fe­sio­na­les de la biblio­te­co­no­mía-docu­men­ta­ción no solo debe cono­cer el pro­yec­to del World Wide Web Con­sor­tium, sino que tie­ne que for­mar par­te de sus pro­ta­go­nis­tas, y que el con­jun­to de las nue­vas ideas, mode­los con­cep­tua­les, nor­mas, reco­men­da­cio­nes o len­gua­jes de la Web semán­ti­ca está lla­ma­do a tener una influen­cia dura­de­ra en muchos aspec­tos de la biblio­te­co­no­mía-docu­men­ta­ción, lo cual nos lle­va de nue­vo a la pri­me­ra idea: al pro­ta­go­nis­mo que nues­tro colec­ti­vo pue­de y debe tener en el pro­yec­to de la Web semán­ti­ca. Esa es, con toda modes­tia, pero sin com­ple­jos, la aspi­ra­ción de esta obra.

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